Aquél mar de mis amores,
el fiel oyente de mi sentir,
testigo de cuando te nombro y te pienso,
mi Valparaíso amado.
La ciudad que me roba el pensamiento,
lo recuerdo y lo anhelo,
deseos de viajar hacia allá,
ganas de que sus olas se lleven mis lágrimas.
Ahí está mi lugar,
ahí está mi todo,
ahí tengo una vida entera,
y sí, también tengo un ilógico y maniático amor.
Mis sueños, mi vida,
mi sangre, mis recuerdos,
todo aquello dejo en tus calles cuando parto,
y los retomo cuando aspiro tu aire porteño de nuevo.
Mi Valparaíso amado...
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