Y llegó la prievamera,
y junto con ella,
tú te quedaste en mi vida,
haciéndome feliz, a plena luz del día.
Yo te agradezco
con mi más puro te amo,
todo lo que me has amado,
pero amado con el corazón.
Es tan intenso
esto que yo siento
y es tan intenso
como mis eternas primaveras.
Y yo, soy la que quiere
vivir sus primaveras
en mi nunca jamás
junto a un príncipe, llamado Peter Pan.
O que al menos se le parezca...
Pero ¿qué digo?
Yo ya tengo
a mi Peter Pan...
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